Mes de marzo: Mes por la Igualdad de Género
El establecimiento del Principio jurídico de Igualdad entre hombres y mujeres fue uno de los grandes hitos sociales del siglo XX y la plena consecución de ese derecho universal debe ser uno de los logros colectivos, pero la meta no se ha alcanzado aún. Y ya es tiempo de encarar la recta final.
La igualdad de género implica que hombres y mujeres deben recibir los mismos derechos y beneficios, las mismas sentencias y ser tratados con el mismo respeto. El principio de igualdad y de no discriminación por razón de sexo es una obligación de derecho internacional general que vincula a todas las naciones y dado su carácter primordial se establece siempre como un principio que debe inspirar el resto de los derechos fundamentales.
A escala mundial, lograr la igualdad de género también requiere la eliminación de prácticas dañinas contra las mujeres y las niñas, que incluyen el tráfico sexual, el feminicidio, la violencia sexual durante la guerra entre otras prácticas de violencia contra la mujer y violencia contra el hombre.
A pesar de que muchos acuerdos internacionales afirman sus derechos humanos, las mujeres son mucho más propensas que los hombres a ser pobres y analfabetas. Tienen menos acceso a la propiedad, el crédito, la capacitación y el empleo. Son mucho menos propensas que los hombres a ser políticamente activas y mucho más propensas a ser víctimas de violencia doméstica.
Si al término “mujer” sumamos “discapacidad” la desigualdad se dispara. Las investigaciones indican que la violencia contra los niños con discapacidad ocurre a tasas anuales por lo menos 1.7 veces mayores que en el caso de no discapacitados.
En el caso de las mujeres con discapacidad, éstas tienen un 8% más de probabilidades de sufrir violencia machista (física, sexual o psicológica) que el resto del colectivo. Más en concreto, una de cada cuatro mujeres con discapacidad, denuncian haber sufrido violencia machista.
En la sociedad existe un espacio de invisibilidad en torno a las mujeres con discapacidad reconocida (física u orgánica), las cuales padecen una doble discriminación: por género y por el hecho de tener una discapacidad. En los medios de comunicación se suele omitir la discapacidad cuando una mujer es víctima de maltratos.
Es cierto que las mujeres, las niñas y los discapacitados son los que mayoritariamente sufren violencia de género, pero no es culpa de los hombres, es culpa de la sociedad, de la cultura, de los roles. Pero ojo, que la sociedad somos todos, somos víctimas todos, tanto hombres como mujeres.
Es fundamental perseverar en una educación en valores de igualdad y respeto para conseguir igualar la balanza. Aunque pueda parecer contradictorio, para alcanzar en una sociedad la igualdad entre hombres y mujeres no siempre se otorga el mismo tratamiento a todas las personas sin tener en cuenta su género. Es decir, en ocasiones existen leyes y medidas llamadas de discriminación positiva que buscan conceder beneficios a la mujer para compensar desigualdades de género existentes.
En muchos lugares, la igualdad de género no existe, especialmente en sociedades en las que existe un machismo institucionalizado. Habitualmente, los temas en los que se intenta fomentar la igualdad de género es el entorno familiar (por ejemplo, la diferenciación de roles y tareas), educativo (derecho a la educación) y laboral (el acceso a determinados puestos de trabajo, igualdad salarial…)
El logro de la igualdad de género requiere la participación de mujeres y hombres, de niñas y niños… es responsabilidad de todos.
Información desarrollada en el siguiente enlace:
https://drive.google.com/file/d/1r8G6zHKCzQ4BLUrTKZaUr4bk1t6uoVAA/view?usp=sharing
