Gary Morgan interviene en la I Jornada de Atención Temprana del niño/a con deficiencia auditiva en CyL

 

Gary Morgan, psicólogo e investigador sobre desarrollo cognitivo y del lenguaje, participó dentro de la mesa científica de la I Jornada de Atención Temprana  del niño/a con deficiencia auditiva en CyL, celebrada en Valladolid el pasado 25 de marzo. En su intervención intentó conjugar teoría, familia y niño con discapacidad auditiva, algo «necesario» a su entender.

Su propuesta pasó por explicar qué es la Teoría de la mente o ToM. El desarrollo de esa teoría de la mente en niños sordos y “la importancia de la interacción padres-niño”.  Por último, la visión de los padres y como apoyarlos en este camino.

El psicólogo apuntó que la Teoría de la mente es una “habilidad que el niño tiene para entender a los demás”. Lo que supone a su vez comprender que esa persona tiene un estado mental que le provoca ese comportamiento.

El especialista insistió en que para llegar a ese punto el ser humano hace inferencias que le permiten entender el comportamiento de las personas. Es decir, “ante esta imagen de un niño enfadado podemos pensar que se ha comido todas las galletas y su padre dice que debe dejar para sus hermanos”. Lo que significa que “el comportamiento viene de estados mentales”.

El entender a los demás “es una habilidad muy importante que el niño desarrolla” y que también supone “entenderse a sí mismo” y reconocer en él esas creencias intenciones y deseos que explican y predicen sus comportamientos y los del resto de personas.

Morgan habló de las falsas creencias y como la psicología se ha centrado en su estudio. Un niño hasta los cuatro o cinco años no es capaz de superar esas falsas creencias y actuar de forma adecuada. “Muchos estudios han mostrado que niños sordos, nacidos sordos, tienen dificultades con estas falsas creencias”, hasta el punto de retrasar su superación en tres, seis años incluso algunos estudios hasta los 14 años. Para superarlas es necesario aplicar la Teoría de la mente. A esto unimos que los niños desarrollan un vocabulario y una gramática no solo por el aprendizaje si no por la exposición a la conversación, concepto este último que prefiere el investigador. Aquí para Morgan la afirmación está clara: el niño sordo podría tener dificultades en desarrollar el lenguaje y la gramática. A lo que se suma la gran pregunta para el investigador: ¿participa en conversaciones con otros niños?

Pero el problema viene de más atrás. Este proceso, el de adquisición de la ToM, se inicia en la primera etapa de la vida desde los primeros esbozos de comunicación, “a los dos meses de edad los niños empiezan con la interacción, a los nueves meses se cimenta la intención con los demás, ellos repiten nuestros sonidos”, se dan cuenta de la intención del otro en comunicarse con ellos. “A los 18 meses comienzan a entender la mirada conjunta: ¡Mira!, ¡Un pájaro! El niño mira y vuelve a escuchar, ejemplificó el investigador. Y es que la interacción padre-hijo es fundamental para entrar en la ToM.

Morgan atendió al estado de los padres tras recibir el diagnóstico de sus hijos. Los estudios remarcan que hay un bajón en la interacción con los bebés, los padres sufren ansiedad y sentimientos de incompetencia que les bloquean en algunos casos. Otros estudios señalan que la atención conjunta con niños sordos “es más complicada” porque a veces los padres acaban dirigiendo a sus hijos más que siguiéndolos. “El problema es que si diriges mucho, no dejas al niño imaginar y soltar las ideas e inferir los estados mentales”, remarcó el psicólogo.

Morgan reconoció que es importante hablar con los padres y saber qué necesitan, cómo se les puede ayudar. Ahí los profesionales de la medicina, la administración y la logopedia deben trabajar en crear espacios en los que sean comprendidos. El psicólogo basó su tesis en este ámbito y sus conclusiones fueron claras. Los padres de niños sordos en Londres no les gusta hablar de diagnóstico, sino de “identificación”, tampoco les gusta oír que sus hijos “fallan, cómo puede fallar un bebé”. De la misma forma “en lugar de oír las palabras audición, números o implantes en el mundo médico, lo que quieren escuchar es una frase muy simple: tu hijo tendrá una vida feliz”, sentenció y añadió “pero cuántos padres con un bebé sordo oyen esto al principio”.

Las demoledoras conclusiones de su tesis mostraron a progenitores perdidos “nos sentimos sin habilidades, sin apoyo, confundidos. Nuestro hijo ha fracasado. Nosotros somos evaluados y no pasamos la prueba, fracasamos”. Para Morgan aquí él y todos los profesionales deben cambiar y “usar nuestra ToM para entender quién es la persona que tenemos enfrente”.

Por lo que a modo de conclusión recalcó la importancia de la Teoría de la mente y de su trabajo como un continuo basado, en gran medida, en la interacción con los padres como elemento clave.

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